Es cierto, hemos avanzado mucho en los últimos 40 años, pero todavía queda muchísimo camino por recorrer. Es triste tener que normalizar lo que en sí mismo es ‘lo normal y natural’ como mamíferos que somos, pero así es la sociedad ambigua en la que vivimos, en la que todavía se expulsa a mujeres de establecimientos por amamantar en público, o se censuran fotos de pechos en las redes sociales como si fuera algo de lo que hubiera que avergonzarse.
Estos días conocía la noticia de que Facebook ha censurado a la artista visual Isa Sanz, que trabaja en el proyecto Alma Mater Mundi, con el que tiene intención de crear una red mundial de mujeres de diferentes culturas amamantando, mostrando con sus retratos, ‘el poder femenino de alimentar a otro ser con el propio cuerpo’‘. La red social ha inhabilitado permanentemente las cuentas de la artista por considerar que su contenido es inapropiado por mostrar desnudos. Hasta ese punto llega la hipocresía, los pechos de las mujeres son una útil estrategia para vender a través de su carácter sexual pero los reprobamos y censuramos cuando se muestran en su función maternal.
Me encantaría que todas las madres se sintieran libres de amamantar y de mostrar, si así lo desean la belleza de la lactancia y la redondez de sus pechos dónde y cuando quieran ellas y sus bebés, sólo así haremos de la lactancia algo cotidiano y natural para que nuestros hijos así lo vivan cuando sean padres.
Comparto el enlace a la campaña en change.org donde se recogen firmas contra la censura sufrida por Isa Sanz y a un artículo con información valiosa para saber cómo actuar si te expulsan de algún establecimiento por amamantar.
¡Feliz fin de semana!