Es importante reconocer nuestra luz y también nuestra propia sombra. Todo forma parte de nosotros. Cuando negamos y reprimimos la sombra, por ejemplo en forma de ira, sale desbocada en el momento más insospechado o nos daña profundamente en nuestro interior.
La ira, además de ser una herramienta de protección, nos transmite información muy importante sobre nosotros y nuestras necesidades, pero esta emoción en desequilibrio puede resultar hiriente para nosotros y para quienes nos rodean.
Hoy te regalo una meditación para sanar tu ira, tanto si está en exceso como en defecto.
Espero que te ayude en tu camino.
¡Abrazo de luz!