Imagen de Sangre menstrual del proyecto ‘Beauty in blood’ de la artista Jen Lewis

Hoy con mi luna en todo su esplendor y con la imagen todavía en la retina de la espectacular luna llena de hace un par noches sobre el mar no puedo evitar echar la vista atrás y sonreír al percatarme cómo ha cambiado mi percepción sobre la menstruación, sobre mi cuerpo y  mi conexión con lo femenino-divino.

 

Recuerdo haber sido una adolescente bastante cabreada con eso de tener la regla o como me decía mi madre ‘con estar mala’ tenía dolores y malestar, me sentía incómoda e insegura física y mentalmente y me molestaba soberanamente eso de tener que bajar el ritmo.

 

Hoy, orgullosa de ser mujer y de manifestar a través de mi la energía de la Diosa,  le doy las gracias desde lo más profundo de mi ser a mi sangre.

 

Gracias por tu poder mágico y alquímico, ese que algunas mujeres conocemos bien.

 

Gracias por tu imparable poder creativo. Por haberme hecho ‘co-creadora’ de un maravilloso ser que me llama ‘mamá’ y por hacerme cada mes creadora de mi propia realidad y permitirme parir nuevas ideas y proyectos.

 

Gracias por convertirme en una mujer cíclica, con altos y bajos con momentos de expansión e interiorización. Porque dicen que durante el ciclo menstrual hay cuatro etapas protagonizadas cada una de ellas por una mujer diferente y yo-soy-las-cuatro.

 

Gracias por limpiar y depurar cada mes mi cuerpo y mi alma con tu energía.

 

Gracias por sincronizarte con mis trabajos de desarrollo personal para ayudarme.

 

Gracias por ser portadora de la información más valiosa que tengo de mi y de mis ancestros.

 

Gracias.

 

Te honro y te devuelvo con reverencia a la Tierra, cumpliendo con un rito sagrado cargado de simbolismo y poder.

 

 

Ya, libre de tabúes y de convencionalismos sociales que sólo pretenden ocultar el poder de la menstruación a las mujeres comparto un vídeo que vi hace tiempo  y que me encantó, más sencillo imposible.

¡Recobremos nuestro poder como mujeres!