Conocí a Miriam Sobrino, matrona y sexóloga, en un taller de Postparto impartido por las matronas de Nacentia quienes me acompañaron durante el parto de Emma. Esa charla me hizo reflexionar sobre el acompañamiento a las mujeres desde otro punto de vista muy interesante y le ofrecí el rinconcito de Buscando a Náyade para charlar sobre su especialidad: sexo y pareja en el postparto. Creo que es un tema del que pocas veces se habla y puede interesar a muchas mujeres.



P- Miriam, ¿Cuéntanos exactamente a qué te dedicas?
R- Hola Azucena, pues soy Matrona en el Hospital Rey Juan Carlos y Sexóloga. Acompaño a las mujeres y sus parejas en momentos tan significativos como son el embarazo, parto, puerperio y crianza, ayudándoles a que sigan disfrutando juntos como pareja cuando encuentran dificultades en el camino. 
P- Nos preparamos mucho para el embarazo y el parto, pero el posparto parece que sigue siendo un gran desconocido y muchas veces nos desborda. ¿Crees que deberíamos prepararnos también a nivel de pareja para que el puerperio y las tareas propias de la  crianza no nos pasen factura? 

R- Yo suelo decir que dedicamos mucho tiempo a pensar y preparar aspectos relacionados con el embarazo y el parto pero que dejamos de lado la preparación más interesante, o al menos una de las  que más nos ayudará en esa transición a la maternidad y paternidad y es “preparar la relación de pareja”. Porque son muchos los cambios que viviremos, dudas, miedos, inseguridades, expectativas, deseos… y se nos olvida que el otro (la pareja) tiene sus propias vivencias que no tiene porqué compartir con nosotros. Que aunque no viva en su cuerpo el embarazo, el parto, la lactancia… también experimenta “en sus carnes” el embarazo de su pareja, ser testigo del parto, está en el nacimiento de su hijo o hija, es pareja de una mujer que amamanta…. Y por eso, si la relación de pareja somos un “yo y otro”, en la crianza estarán presentes los cansancios de ambos, las inquietudes de ambos, las maneras de hacer, de cuidar, de ocuparse y preocuparse de los dos. 

 
Es posible que nos pase factura, entendiendo esto como que será un momento en el que llegarán conflictos, desencuentros, tensiones….pero puede ser una oportunidad para crecer juntos, para reconocernos como parte de un mismo equipo.
 
Quizá no perder de vista ese “nosotros” sería un buen punto de partida. Juntos deseamos, planeamos, buscamos y dimos forma la familia que se ha creado, y será no perdiendo de vista ese equipo que formamos la manera de minimizar esa factura de la que hablas.

 

 P- La llegada de un bebé a un hogar suele provocar falta de tiempo y de intimidad. Lo que se complica todavía más si hay más hijos.  Esto puede por terminar afectando  a la pareja. ¿Hay alguna solución? 
R- Esa es una sensación que comparten muchas mujeres y hombres, el tiempo, la energía se van en la crianza y los cuidados que implica. Y suele percibirse que  el hijo o hija llena tanto que casi no deja espacio ni oportunidades para nada ni nadie más. Así, en ese recuento de lo que queda fuera, los tiempos de pareja suelen ponerse muchas veces en la cola de lo que no es prioritario, de lo que puede esperar a que el temporal amaine.
 
Sin embargo, tal y como lo veo,  hay muchas posibilidades  de seguir disfrutando juntos como pareja  en el nuevo escenario de ser madres y padres, siendo  importante que cada pareja pueda encontrar la manera, su propia y peculiar manera de apañarse ante esa nueva realidad. Porque lo que puede ir bien para algunos, puede no funcionar para otros.
 
Así, es interesante preguntarse cómo hacer posible (desde la mujer, y hombre que somos) más tiempos y espacios de intimidad, para encontrarse y reconocerse como la pareja que se es, para disfrutarse y cultivar el deseo. Para algunas parejas eso pasa por agendar tiempos de pareja, de una manera similar a como se planean y organizan otros tiempos. La crianza sobreañade tantos cuidados, cansancios, prioridades… que casi todo necesita cierta planificación y el tiempo de “nosotros” también.
 
Aunque no todo pasa por hacer posibles esos escenarios “parejiles”, ya que hay muchas ocasiones en el día a día donde podemos reconocernos como la pareja que somos, que se busca, se desea y se encuentra desde ahí, y no ya como madre y padre (un mensaje de móvil, una nota, un gesto que transmite lo significativo que es el otro para nosotros).
Ponerse a ello es lo más importante, pensar en qué necesitamos, en esas condiciones que es importante estén presentes (quien se quedará con los hijos e hijas, si estarán en casa o no, el momento del día,  si es importante sentirnos descansados si para que aparezca esa posibilidad previamente necesitamos compartir otros espacios, sentir que no discutimos….) 
P- Además de los cambios que comentábamos en la estructura familiar, hay otros cambios a nivel físico que experimentamos las mujeres tras el parto, el cuerpo ya no es el mismo, puede haber molestias y esto genera inseguridades.  También está el tema de la lactancia. ¿Qué nos aconsejas?
R- La mujer que somos ha parido y una hija o hijo ha nacido a través nuestra (de diferentes maneras y añadiendo mucha diversidad de experiencias, costes, malestares, satisfacciones…), ahora somos madres, puede que estemos lactando…. Y todas esas experiencias dejan su huella en nosotras, en el cuerpo, y también moviliza sensaciones y emociones en nuestras parejas. Reconocer este hecho, plantearlo en pareja, hablar sobre ello, sería un buen punto de partida.
 
Bajar las exigencias, no comparar todo el tiempo  los encuentros, los cuerpos, las excitaciones, los placeres…. con lo que eran “antes de…( el embarazo, parto, cesárea, el primer, segundo hijo o hija…)”, y es que hay muchas primeras veces, y estas  tras el parto pueden  ser una de tantas.
 
No ponernos fechas, no asumir como propios esos pistoletazos de salida que supuestamente se inician con el fin de la conocida cuarentena. Y es que nuestros deseos, nuestros cuerpos no entienden de fechas ni de deberías y tiene más sentido atender nuestros tiempos (para unas parejas serán semanas, para otras meses…) que aquellos otros mensajes que revolotean alrededor de la sexualidad durante el puerperio. 
 
Si surge algún malestar, con gestos como la penetración en vagina, o con caricias en ciertas zonas como los pechos, o el ano, o bien aparecen sensaciones nuevas y con las que cuesta reconocerse en la vivencia de las excitaciones, los placeres, los orgasmos… En cualquiera de estos casos, es posible que solo se trate del algo puntual, transitorio, de una experiencia poco deseable pero que no entrañe dificultades mayores. Será el modo de afrontarlo en pareja lo que desatasque o enrede aún más,  y siempre es interesante consultar a un profesional especializado si tras nuestros intentos  y apaños no nos hemos visto capaces de solucionarlo.
                       
P- ¿A parte de los citados anteriormente, qué otros retos deben afrontar las parejas en este periodo?
R- Cada pareja tendrá unos y aunque hay algunos lugares comunes, no podemos despistarnos de la diversidad de maneras de ser y estar en pareja lo que puede ofrecer oportunidades y también traer dificultades únicas y peculiares.
 
De esos lugares comunes,  las familias de origen y el cambio en los vínculos con las mismas suelen ocupar un lugar privilegiado. 
 
También pueden encontrarse con  desajustes en la vivencia de la mujer y el hombre que son cuando a veces cuesta reconocerse ante la mujer que ahora además es madre, el hombre que además es padre.
 
Cambios en las intensidades de algunos deseos. Sin olvidar que el deseo, como deseo de otro puede tomar gestos diversos y ricos, no siempre la penetración, y por lo tanto la crianza de los hijos e hijas puede abrir nuevas vías y posibilidades también para la complicidad en pareja, para  descubrir gestos en el otro que gustan, que erotizan, que se desean.
 
Muchos de los desajustes que las parejas expresan en sus encuentros eróticos hacen referencia a la  penetración en vagina. Y son muchos los ingredientes que entran en juego: unos genitales que han cambiado, nuevas lubricidades, presencia de zonas de tensión se haya desgarrado o no el tejido, suturado o no, preocupación por si el dolor aparece, por si no gusta lo que antes gustaba, por si no se mira de la misma manera un cuerpo que ha parido, se ha expuesto, abierto, sangrado…
P-¿Qué consejos nos das para mejorar las relaciones sexuales y de pareja en el post parto?
R- Quizá hemos hablado hasta ahora de ciertas pistas que pueden orientarnos, y podemos decir que sería ese no despistarnos de la pareja que somos lo que nos ayudará a retomar el rumbo ante el oleaje de la crianza o cualquier otro temporal que llegue, porque llegarán otros!!!
 
Y  como decíamos, durante el postparto hay mucho que puede despistarnos…el cansancio, los cuidados,  los desencuentros…y dejándonos llevar por esa cantidad de emociones y exigencias pueden arrastrar a la deriva a la pareja que somos.
P- Me encanto algo que dijiste en el curso y es que ‘la pareja es el principio de todo’ aunque a veces nos despistemos el proyecto de hijos ‘surgió desde el deseo de crear juntos’. 
R- Sí, en esas estaríamos, en seguir disfrutando juntos cuando aparecen tropiezos o dificultades, porque la crianza puede ser un momento que no facilite mucho esto,  pero siempre es posible cultivar el deseo, abrir espacios, generar oportunidades de disfrute y como me decía en una ocasión una pareja, no dejar de remar juntos!!


P- Muchas gracias Miriam por compartir todos estos buenos consejos.

R- Muchas gracias por la charla Azucena, y por este espacio y tu labor acompañando a la maternidad y paternidad.

Podéis encontrar a Miriam en el centro sexológico Sexorum. Si queréis contactar con ella podéis hacerlo a través de este correo.