En nuestra vida surgen numerosas ocasiones en las que tenemos que tomar decisiones importantes. Si no estamos alineados con nuestra Alma o estamos bloqueados quizás no tengamos claridad sobre el mejor camino a escoger.
Te voy a dar unos pequeños consejos para tomar mejores decisiones:
Puedes hacerte las preguntas habituales como hacerte cargo de todo el trasfondo de la situación:
- ¿Qué es lo mejor que me puede suceder si tomo esta decisión?
- ¿Qué es lo peor que me puede ocurrir? ¿Habría salida, podría solucionarlo?
A veces nos ponemos en escenarios mentales horroroso, que nos llevan a paralizarnos, pero si nos tranquilizamos y lo vemos con perspectiva nos daremos cuenta de que en muchas ocasiones son situaciones que podríamos resolver.
Otra argumentación fundamental para mi es esta:
- Esta decisión, ¿tiene un beneficio para mí? Si la respuesta es que sí, pasamos a la siguiente pregunta
- Esta decisión ¿tiene un beneficio para otras personas y para el planeta? Si la respuesta es también afirmativa, está claro, has tomado una gran decisión.
Si la respuesta es ‘no’ quizás tengas que seguir analizando. Partimos de la premisa de que todos somos uno, si la decisión es beneficiosa para mí pero mala para los demás, finalmente me acabará repercutiendo negativamente.
Imaginaros que me ofrecen un trabajo en el que me pagan muchísimo dinero. Tomar el trabajo sería beneficioso para mí, pero para que yo gane todo ese dinero un montón de empleados están cobrando el sueldo mínimo y yo sé que esa situación es injusta, y además, esta empresa para la que trabajo se dedica a maltratar constantemente el medio ambiente.
Habrá personas a las que esto no les importe en absoluto, otras con el tiempo pueden llevar bastante mal esta incoherencia. En ambos casos la decisión tendría sus consecuencias.
Las buenas decisiones son aquellas que nacen del amor
La mejor decisión será siempre elegir el amor, es decir decantarse por la opción que desde el amor siento que es mejor para mi y todos los involucrados. Esta alineación entre lo que siento, digo y hago es sumamente poderosas y desde ahí, es muy difícil que nos equivoquemos. Suelen ser decisiones con las que nos sentimos tranquilos y en paz. Aunque externamente las circunstancias parezcan adversas, créeme que desde el amor todo se recolocará.
Muy diferente es tomar decisiones desde el miedo, porque en este caso hacemos las cosas no porque sintamos desde el amor que es lo mejor, sino para evitar que suceda algo indeseado. Esto tiene su peligro, cuando queremos evitar un miedo a toda costa, se acaba haciendo realidad, y en esa toma de decisión no hay paz, ni equilibrio que nos sostenga.
Una ayuda fantástica como siempre, si sabes trabajar con tus Registros Akáshicos es abrirlos y preguntar si hay alguna información o consejo relativo a la decisión que tienes que tomar. Esta es una guía maravillosas, que nos guía en nuestro caminar siempre desde el amor. ¡Feliz semana!