Madrid, 17 julio de 2013

Mi querido niño,
Bienvenido a la vida, bienvenido a mi vientre, bienvenido a esta familia que contigo se forma.  Hace tan sólo 3 días que confirmamos que estabas aquí, aunque en realidad ya lo sabíamos mucho antes.
Tu cuerpo es muy pequeñito y trabaja frenéticamente junto al mío para desarrollarse pero tu Alma es muy grande y está tranquila, así lo siento.
Comienza una increíble aventura para ti, para mi y para tu papá, estoy segura de que juntos haremos grandes cosas e iluminaremos el mundo con nuestro amor.
Se que llevas mucho tiempo aquí conmigo, ya sabes que tu mamá es un poco diferente y le pasan estas cosas. Sé que tu Alma me acompaña desde hace mucho tiempo, sé que has estado junto a mi cuando te he necesitado y me has ayudado a estar junto a tu papá. Te he visto correr por el pasillo de casa como un pequeño loco mientras se movía tu precioso pelo, te he visto con nosotros en el coche participando de nuestras bromas y risas sobre tu llegada, te sentí mientras le rezaba a la Diosa en su altar y me ofrecía a formar parte del útero de la Madre Tierra para proseguir el ciclo interminable de la vida, puede que en ese momento ya estuviera embarazada o puede que aún no, pero tú estabas allí.
Mi querido niño gracias por el camino que llevamos recorrido y por el que nos queda, gracias por haberme elegido como tu mamá, gracias por el honor que es que crezcas dentro de mi, gracias por iluminar mi Ser con tu presencia, gracias por permitir que cuide de ti y te enseñe las pequeñas cosas de la vida, digo pequeñas porque estoy segura de que las grandes las aprenderé yo de ti.
Pequeño, crece sano y feliz en tu nuevo cuerpo, bendícelo y da gracias a Dios, a esas fuerzas que mueven el universo y nos hacen Ser, quiérelo. Crece tranquilo, tu mamá está aquí y te quiere.